La iniciativa de la Papelera Don Bosco nace en Lima, en el verano del 2006, del encuentro casual de tres personas: Padre Samuele Fattini, párroco de S. María Auxiliadora en Nuevo Chimbote, que buscaba de encontrar una actividad económica para combatir la desocupación que aflige a los jóvenes de su Parroquia; Arturo Ballabio, que por muchos años labora en las misiones de la Operación Mato Grosso en Sudamérica y Angelo Moncini, que por 40 años fué un empresario dedicado al ámbito de la papelería.
Es así que nace la idea de crear un taller fábrica de papel en Nuevo Chimbote, dotando de una característica muy innovadora a esta iniciativa: habilitar una planta que produjera papel hecho a mano de altísima calidad, capaz de competir con los más renombrados centros papeleros europeos y gestionado como una moderna empresa que fuese inserta en un contexto social caritativo, como el parroquial.
Para la parte técnica, ha sido fundamental el aporte técnico de profesionales de Fabriano y Maslianico (dos de los más antiguos y renombrados centros de producción de papel) y un equipo de voluntarios de técnicos de la ciudad de Como (Italia), enfocándose en una producción de papel utilizando exclusivamente fibra de algodón, de modo de minimizar completamente el impacto ambiental y la desforestación.